Kanibal - de héroe a muñeco
Un muñeco que se las trae y, por suerte, también se las lleva.
¿Qué es el tiempo? Algo que se gana o se pierde. Una caja en donde corremos encerrados. Un estado de ánimo. Todo es posible. Aquí una busqueda de expresión que puede durar 1 seg o una eternidad.
Andy lustraba su carro día y noche, lo lustraba hasta el cansancio y cuando estaba cansado lo volvía a lustrar. Era un obsesivo, pero solo con su carro; por lo demás Andy era un sucio, perdido y hediondo borracho. Eso nos importaba muy poco a la hora de subir a su auto. Sus asientos era lo más parecido a nuestra mejor fantasía, el suave aroma a cuero nos hacia soñar con arrumacos de sillón y mujeres imposibles. Así recorríamos el barrio acunados por ronroneo del motor lanzado suavemente en segunda. Nadie estaba autorizado a tocar nada durante el viaje y el que lo hacia se enfrentaba con "Matute" un duro bat de madera que Andy había heredado de su abuelo beisbolista. El abuelo de Andy se llamaba Charlie y nunca llegó a las ligas mayores. Nació en Wisconsin y su vida nunca dijo mucho. Creyó siempre en las coincidencias y estas lo acompañaron hasta el último día de su vida. Le encantaba cocinar y sus recetas siempre se tenían un ingrediente fundamental: la carne picada. Quizás por eso, nadie se sorprendió al enterarse que terminó arrastrándose en Vietnam con las dos piernas molidas tras la explosión de una granada. Un hecho desgraciado para Charlie sobre todo porque ocurrió mientras dormía en su propia base.
Andy detuvo el carro a exactos